Introducción: Hay quienes continuamente se quejan y esperan lo peor,
siempre están a la expectativa de una desgracia… la fe siempre está a la espera
de la obra de Dios, la fe está confiada en el Dios todopoderoso... en el Dios
que tiene el poder de transformar las circunstancias, él lo dijo: " He aquí yo hago nuevas todas las cosas"...
I. SÉ OBEDIENTE A DIOS EN MEDIO DE LA ADVERSIDAD, Lucas
1:5-7.
"Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote
llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y
se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los
mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijo, porque Elisabet era
estéril, y ambos eran ya de edad avanzada”.
A. Aunque no sea fácil entender lo que pasa.
Nota: Zacarías
era un sacerdote y ella de las hijas de Aarón, así pues sus antepasados habían
servido a Dios, y ahora ellos también; además eran irreprensibles, justos y obedientes a Dios, sin
embargo enfrentaban la tristeza de no tener hijos… no tenían explicación para
lo que estaba pasando…
B. Aunque sin avisar lleguen las tormentas.
Nota: Pasaban
los años y no tenían hijo, nadie les dijo eso, nadie se los advirtió, soñaban con
el mejor matrimonio. Pero poco a poco, esa fue su realidad, Elizabet era
estéril, y Zacarías no abandonó a su esposa por eso, pues dice: “ambos
eran de edad avanzada”, ni le hizo la vida imposible, ni la acusaba día y
noche, como a veces ocurre en las familias. Ellos decidieron obedecer a Dios.
C. Aunque humanamente no haya esperanza.
Nota: Eran “de edad avanzada”, otras versiones dicen: “eran
ancianos los dos”. Además, Elizabet era estéril, ya no había posibilidad
humana, pero ellos decidieron obedecer a Dios.
II. NO ABANDONES TU SERVICIO A DIOS, Lucas 1:8-9.
“Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante
de Dios según el orden de su clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le
tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor”.
A. Es un privilegio servir al Rey de reyes.
Nota: Aquí
debemos destacar varias frases respecto al servicio que prestamos a nuestro
Dios:
1. “ejerciendo el sacerdocio”: aunque era anciano,
continuaba sirviendo a Dios, su edad no era un impedimento para servir al Señor
en el templo.
2. “le tocó en suerte”: eran miles de sacerdotes los que
habían en ese tiempo, y por eso sólo una vez en la vida podía caerle ésta
elección a un sacerdote, y nunca le había tocado a Zacarías, y de la misma
manera nunca había murmurado.
3. “ofrecer el incienso”: el incienso es símbolo de
adoración, de oración, es símbolo de aquello que ofrecemos a Dios. Aquí la
palabra “ofrecer” nos hace reflexionar, pues a pesar de todo Zacarías está
sirviendo y adorando a Dios.
4. “entrando en el santuario”: nos habla de entrar en la
presencia de Dios, de procurar la revelación de su voluntad, nos habla de
acercarnos a él. Precisamente cuando no entendemos lo que pasa, cuando aparece
el cansancio, o los problemas, es cuando debemos entrar en su presencia y
buscar su rostro.
B. Es fundamental buscar a Dios, porque él es la fuente de la vida, vrs. 10.
“Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso”.
Nota: Lo
importante no es buscar a Dios por el ministerio, o porque me toca, o porque
tengo una responsabilidad, sino porque lo amamos… porque sabes que nadie te ama
como él… aunque la multitud estaba afuera, estaban orando.
III. DIOS TE SORPRENDERÁ, Lc. 1:11-12.
“Y se
le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar
del
incienso. Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor”.
A. Aunque transcurra mucho tiempo.
Nota: Zacarías
mismo se había olvidado, o por lo menos ya no esperaba ese milagro, han pasado
décadas… es significativo el lugar del ángel “a la derecha del altar del
incienso”, porque es una invitación de Dios a no abandonar nuestra adoración,
nuestra comunión con él, aunque no haya respuesta, porque llegará el día de su
respuesta.
El lado derecho indica honor y poder, Zacarías estaba siendo honrado
y fortalecido con el poder de Dios, así como Jesús fue visitado por un ángel
para fortalecerlo en el huerto antes de ir a la cruz.
B. Aunque Dios esté en silencio.
Nota: A veces Dios calla por amor, otras veces para edificar
nuestra fe, en otras ocasiones para probar nuestro compromiso y madurez, en
otras ocasiones no quiere que lo escuchemos, sino que lo veamos.
C. La obra de Dios produce gozo y alegría, Lc. 1:13-14.
“Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída,
y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás
gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento”.
Nota: Al
comienzo la obra de Dios puede ser difícil de entender para nosotros, y quizá
nos molesta lo que sucede, pero Dios tiene el dominio de todo, por eso dice:
“no temas”.
Nota: Y no es en nuestro
tiempo, sino en el tiempo de Dios, y entonces es cuando viene lo mejor de Dios
para sus hijos, no lo que queremos sino lo que el Padre trae en su perfecto
amor, pues en el caso de Zacarías no sería cualquier niño, sería un profeta,
del cual el mismo Jesús dijo: “Os digo
que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista”,
Lc. 7:28.” Dios sanó la matriz de Elizabet, hizo un milagro en ella.
Nota: Por mucho tiempo Zacarías
y Elizabet habían sido señalados, cuestionados, pero ahora todos hablaban de
ellos porque Dios los había honrado, el nombre de su hijo: Juan significa: “Jehová
ha hecho gracia”. También dice la Escritura: “y tendrás gozo y alegría”, estas
palabras significan: deleite, regocijo, júbilo, gozo exuberante, alegría
trascendente.
Ésta profecía fue la semilla de Dios para Zacarías y Elizabeth, y
un tiempo después nació la razón de un gozo y alegría que nunca habían tenido;
hoy Dios está sembrando en tu corazón una semilla y de aquí a un tiempo llegará
la razón de tu gozo y tu alegría… no desmayes la respuesta viene…
Conclusión:
Recuerda sé obediente a Dios en medio de las adversidades, no abandones tu
servicio al Señor, persevera y Dios te sorprenderá con su bendición en su
tiempo, y será lo más grande, porque será en la voluntad perfecta de Dios… Bendiciones.
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