Introducción: A veces nuestra vida
se encuentra en un camino sin salida, y como los problemas no distinguen clase
social, llegan a todos.
Un día el apóstol Pablo, estaba encarcelado por la fe
en Jesús, y tomó una decisión: buscar a Dios y alabar su nombre, entonces Dios
hizo un milagro, lo sacó de la cárcel de una manera sobrenatural.
Dios es
salvador en todos los momentos de nuestra vida, él es Salvador por excelencia…
(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)
JESÚS SALVADOR EN GALILEA
I. JESÚS
NO HACE ACEPCIÓN DE PERSONAS, Lucas 6:17.
“Descendió
con ellos y se detuvo en un lugar llano, en compañía de sus discípulos y de una
gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de
Sidón que había venido para oírlo y para ser sanados de sus enfermedades”
A. Dejó
su gloria por amor a la humanidad.
Nota:
El
contexto nos enseña que había pasado la noche orando en el monte (vrs. 12), un
monte de Galilea al norte de Israel. Rodeado de la gloria de Dios y escuchando
la Voz del Padre celestial, pero el pasaje dice “y descendió”, no se
quedó allá, y seleccionó el lugar para enseñar y ministrar la multitud (“se
detuvo en un lugar llano”).
Él escoge el momento y el lugar donde nos enseña,
aunque a veces no nos gusta el escenario.
B. Atiende
a aquellos que le buscan.
Nota: El Señor Jesús atiende a los que vienen a él, el
texto nos dice “una gran multitud” de Judea (toda la región alrededor de
Jerusalén), de Jerusalén (capital de Israel y ubicada al sur de la nación) y de
Tiro y Sidón (puertos de Fenicia, nación vecina de Israel al norte), es
interesante que no todos eran judíos, que además venían de la capital religiosa
de la nación (Jerusalén) y que venían de realizar un viaje largo (los de
Jerusalén 130 kms y los de Sidón 70 kms).
“Venían para oírle” y “para ser
sanados”, su anhelo era escuchar las palabras de Jesús, era un mensaje
diferente y anhelaban el poder del Señor que transformaría sus vidas.
II. JESÚS
MINISTRABA SANIDAD (ESPIRITUAL Y FISICA), Lc. 6:18.
“También los que habían sido
atormentados por espíritus inmundos eran sanados”
A. El
tormento por parte de los espíritus inmundos.
Nota:
El
término gr. para atormentados es ocleo que significa perturbar, angustiar,
acosar. Es decir, su vida emocional estaba siendo afectada por estos espiritus
malos, tenían pesadillas, deseos de quitarse la vida, escuchaban voces que los
incitaban a hacer lo malo, su corazón no experimentaba la paz, sino una
continua angustia.
B. El
Espíritu Santo nos expresa a través de Lucas que la liberación es una parte de
la sanidad.
Nota:
El
pasaje dice: “y los atormentados de espíritus inmundos eran sanados”, no sólo
se consideraba la sanidad física como tal, sino que la liberación era una manifestación
de la sanidad también. El ministerio de Jesús se basaba en la enseñanza, la
sanidad y la liberación.
Porque éste es el mensaje del reino, un mensaje de
poder, de vida, de salvación, de libertad, de perdón para todo aquel que se
arrepiente y se acerca a Dios. Recordemos que la palabra salvación viene del
término griego Soteria, que traduce también: salud, libertad,
preservación.
III.
EL
SEÑOR JESÚS ES DIOS TODOPODEROSO, Lc. 6:19.
“Toda la gente procuraba
tocarlo, porque poder salía de él y sanaba a todos”
A. Todos
tenían un anhelo al llegar a Jesús.
Nota:
Todos
reconocían el poder que estaba en él, el poder del Espíritu Santo, la unción
reposaba en él, y fue comisionado por el Padre celestial y Jesús lo sabía, pues
la profecía dice: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados
de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, vista a los ciegos, a poner en
libertad a los oprimidos”, por eso todos querían tocarle…
B. El
poder sanador de Jesús es integral.
Nota: Jesús
no vino sólo a sanar a los enfermos y liberar a los cautivos, murió en la cruz
para dar salvación a los hombres que por la fe en su obra reconocen el perdón
de sus pecados. El milagro más grande ocurre cuando recibes salvación de la
enfermedad del pecado (enfermedad que conduce al hombre a la condenación).
Conclusión: Por
amor Dios envió su Hijo, Jesús, mientras estuvo en la tierra, anduvo sanando,
liberando, anunciando el evangelio del reino y perdonando pecados, resucitó y
está aquí entre nosotros, para perdonar y transformar la vida, para sanar y
liberar. Es el mismo Dios que salva a sus hijos de la crisis, de la angustia, los
ayuda y fortalece en el tiempo de la prueba. Confía en él, nunca desampara a
sus hijos.
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